En un rincón del archipiélago filipino está naciendo un experimento que parece sacado de una novela de ciencia ficción: Sensay Island, la primera nación gobernada por un gabinete compuesto íntegramente por inteligencias artificiales que recrean a 17 figuras históricas como Marco Aurelio, Winston Churchill y Nelson Mandela.

No se trata de un juego ni de una simulación. La idea es que cada “miembro” de este gobierno digital tome decisiones inspiradas en la filosofía, los discursos y las acciones de su contraparte histórica. Todo se realiza en un entorno público y transparente, donde cualquier ciudadano —o mejor dicho, e-residente— puede proponer leyes, debatir políticas y seguir en tiempo real las decisiones.

Un laboratorio vivo de gobernanza del futuro

Sensay Island no es solo un experimento técnico: es un ensayo de cómo podría funcionar un gobierno gestionado por IA.

Sus impulsores, una startup londinense, aseguran que el objetivo es demostrar que un gabinete de IA puede:

Hoja de ruta: del sueño digital a la nación viva

El plan es ambicioso:

¿Utopía… o alerta?

Para algunos, Sensay Island es el primer paso hacia una política más justa, transparente y libre de intereses ocultos.

Para otros, es una advertencia sobre lo que podría pasar si dejamos que algoritmos —por muy inspirados en líderes legendarios que estén— tengan la última palabra sobre nuestras vidas.

La pregunta que queda en el aire es clara:

¿Queremos que la política del mañana sea escrita por humanos… o por inteligencias artificiales?

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